domingo, 29 de julio de 2012

CON DELICADEZA, POR FAVOR.

Resulta complicado. Muy complicado. Incluso en estos tiempos, en que hemos conseguido que la aportación de acusaciones sin datos sea, más o menos razonable por cuanto ellos nos atacan con datos sin explicaciones o dan las explicaciones fuera ante que dentro. Pero a mí, que me he considerado siempre un amante de diferenciar la información de las opiniones y que por mi vagancia innata, me veo condenado a ser un opinador sin datos, me resulta difícil como digo, verter mi opinión sin más por el miedo que tengo a que algún indeseable se adueñe de lo que digo y lo transforme en una opinión que nada tiene que ver con el criterio de un servidor, o más aún, por el pánico que me produce ofender a quien, básicamente comparte conmigo la desazón y el desprecio por la situación presente, pero que pueda sentirse mal por un "quítame allá esa coma" o incluso por un "cómame allá esa quita".
Me gusta ver como por primera vez en muchos años, la gente empieza a ser consciente de que nos están apaleando y que nos van a quitar hasta el plato de la mesa, pero al mismo siento una desazón terrible porque, al repasar el proceso histórico de los últimos 20 ó 30 años compruebo que cada barbaridad cometida a lo largo de legislaturas completas, se olvida con una sutil maniobra de última hora o con una serie de promesas que nadie va a cumplir -peor aún, que todos sabemos que NO SE PUEDEN CUMPLIR- pero que sirven para convencer a unos pocos indecisos de que en realidad, es el mal menor, que la verdad, también han hecho cosas buenas...no sé.
Me da un miedo terrible, que a veces, en aras de lo políticamente correcto, dejemos de lado lo importante, para atender a lo urgente y sobre todo, que la visión global de los problemas, quede a veces reducida por nuestra incapacidad para salir de nuestro círculo de comodidad, y nuestra necesidad de convertir el problema en un ataque a nuestro campo de actuación vital. Así, los funcionarios sospechan que los únicos perjudicados son ellos, que pierden derechos de forma constante (eso es una constatación axionmática de la realidad y no creo que precise de datos para su comprobación), y que se ven perjudicados, no solo en su calidad de vida sino también en la calidad de sus relaciones con el entorno, que les ataca cuando en realidad deberíamos estar apoyando y aprovechando el movimiento que ha surgido del descontento de los maltratos a lo público para crear sinergias que contribuyan al establecimiento de un punto de partida desde el que todos juntos empecemos el avance con una referencia única y válida.
Por otro lado, están los sectores subvencionados que pierden algunos de sus privilegios y que piensan también que ésto es una guerra contra ellos, olvidando que el resto de la población activa se encuentra cuando menos en una situación tan penosa como ellos.
Los autónomos, licenciados, jóvenes, mayores de 45, todos y cada uno de los sectores implicados, salvo los causantes, creen que el problema es solo con ellos y de esta forma, los causantes, siguen paseando su desvergüenza sin ningún miedo real a que sus privilegios se cuestiones verdaderamente porque, en esa lucha terrible que mantenemos para saber contra quien van las medidas, el único que queda a salvo es el que va contra todos. DIVIDE ET IMPERA.
No quisiera despedirme sin plantear un pequeño pensamiento. Mientras no tomemos la calle, de forma permanente y firme; mientras consintamos que se sigan moviendo es esos lujosos coches que pagan a base de que la gente no tenga que comer y mientras, no tengamos claro que el problema no es de izquierdas o derechas, de funcionarios o autónomos, sino de POBRES Y RICOS y salgamos, como he dicho A LA PUTA CALLE a obligarles a poner el dinero (que está ahí -el dinero, ni se crea ni se destruye, solo cambia de bolsillos) en movimiento, crear riqueza para la población y darnos lo único que nos hace personas y que nos dignifica haciendo que podamos mantenernos nosotros y nuestra familia, sin vernos obligados a pedir limosna, digo mientras sigamos discutiendo quién tiene razón, los únicos que tienen razón, son ELLOS.

domingo, 2 de agosto de 2009

El menor desprotegido

Ni que decir tiene que lo que comento es, por obvio, reduntante y pedante, pero cuándo en este puto país, se va a empezar a proteger a las víctimas frente a la barbarie de los delincuentes, tengan la edad que tengan y cuando se va a CULPAR A LOS CULPABLES y a buscan las responsabilidades de los responsables de verdad:

ABANDONO Y CONSENTIMIENTO SIN LÍMITES
Y SOBRE TODO, AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD POR DECRETO.

QUIEN HA SIDO EL GILIPOLLAS QUE HA DICHO QUE UN ASESINO O UN VIOLADOR SI TIENE MENOS DE NO SÉ CUANTOS AÑOS, NO SE LE PUEDE IMPUTAR UN DELITO...
PUES QUE SE LE IMPUTEN A SUS PADRES, A VER SI ASÍ, EMPEZAMOS A INCULCAR UN POCO DE SENTIDO COMUN Y DE LO QUE HAY QUE INCULCAR A LOS NIÑOS Y NOS EMPEZAMOS A RESPONSABILIZAR DE LA DESEDUCACIÓN QUE LES ESTAMOS DANDO